

Todo empieza cuando mi bebé tenía un año, quería pasar tiempo con él, pero necesitaba innovar en mi lado profesional.

Así que empecé a hacer nombres y decoraciones en fieltro mientras cuidaba de mi hijo, y el negocio fue creciendo. Todo hecho con mucho amor y cariño.

Acabé totalmente inmersa en el mundo de la personalización y el handmade. Nunca dejes de soñar, los sueños se hacen realidad, pero tienes que lucharlos.